

Laboratorio guiado por Manuela Pedrón Nicolau en el que pensar los espacios de exhibición como lugares para invocar presencias espectrales. Planteando la práctica curatorial como un hacer aparecer obras de arte, este laboratorio se propone ampliar el imaginario de los fantasmas, desde una tradición que recoge las fantasmagorías, los principios de la hauntología y cuestiones relacionadas con el animismo. Una invitación a experimentar con distintas formas de conocimiento, con las lógicas de distribución del arte contemporáneo y a cuestionar nuestro régimen de credibilidad. Es un laboratorio porque está a mitad de camino entre una exposición y un taller. Tiene pinta de exposición pero forma de taller. Aquí se presentan obras, como en una exposición, pero a ritmo de taller. *el título viene de la novela Chamanes eléctricos en la fiesta del sol de Mónica Ojeda